Chiquitines...
Dejas atrás un lugar rechazando el siguiente, sabiendo que no encontrarás nada como lo que dejaste atrás, echando de menos, llorando recuerdos, odiando al lugar al que te diriges. Pero entonces llegas, es el primer día, y no va tan mal. Incluso tienes ganas de volver al día siguiente. La gente es extraña, te mira raro, eres nueva, pero esas cuatro personas que conoces te ayudan, te guían, te sonríen y te comprenden. Y sin darte cuenta te vas haciendo a ese sitio que tanto maldeciste, vas conociendo sus costumbres, vas adaptándote a la gente, vas siendo una más. Cada día estás más a gusto. Cada día se va incorporando gente a tu vida que minuto a minuto pesa más. Cada día te sientes más en casa. Pero justo en ese momento te das cuenta. Ya no llueve, hace sol. Ya no usas chaquetas, hace calor. Ya no haces nada en clase, porque se está acabando el curso. Y ese lugar, esas paredes, esos pasillos, esos profesores y toda la gente que te pareció extraña al principio pesa, pesa muchísimo, pesa en cada centímetro del cuerpo. Pero ya está, ya se acabó. Y yo me siento morir cada vez que pienso en esto...
¿Que qué es lo que me llevo? A vosotros.
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