Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2010
No es lo que has perdido, es lo que esperas conseguir. No es buscar por que llorar, es encontrar por que reir. Es hallar un sentido por el que debes subsistir. No morir creyendo en alguien que nunca ha creido en ti. Es pelear por algo justo, no es caer por luchas vanas. Es hacer todo a tu gusto, como a tí te de la gana. Es llenar de pasión lo que no quieres que se pierda. Y lo que quede fuera, mira... a la mierda.
Una tenue luz se filtra entre las cortinas de mi habitación, está anocheciendo. Toda la tarde pasos y murmullos se escuchaban detrás de la puerta, pero nadie entró, cosa que agradecí enormemente. Ahora el murmullo se ha trasladado al piso de abajo, supongo que estarán preparando la cena. Paseo la mirada por la habitación, sin ver nada en particular, pensando en todo y en nada. En todo lo que ha pasado en estas dos semanas y en todo lo que me queda, que es nada. Ya no lloro, no puedo, no me quedan fuerzas ni lágrimas. Pero así el dolor es más insoportable, más insufrible, me llena por completo y no me deja concentrarme en otra cosa. Si ahora me mandasen hacer una suma de dos cifras, estoy segura de que la haría mal. Es como si todo mi cerebro estuviese absorbido por una fuerza extraña que no me dejase pensar en nada más. Me siento desconcertada, desorientada, siento que mil preguntas bullen en mi interior, pero no sé contestarlas, ni sé quién me puede ayudar. Tampoco creo que sea necesa
Lo sé. He estado en tu lugar, la verdad es que yo también me asusté un montón. ¿Y si me hace daño? ¿Y si me abandona? ¿Y si muere? Eso sería mi fin, así que decidí cortar antes de que pudiera hacerme nada, ¿y sabes qué? Fue el mayor error que yo he cometido. Y tú estás cometiendo el mismo error ahora y te aseguro que no voy a quedarme sentado a verlo. En el amor debes arriesgar, Sandra, arriesgar. ¡Yo no lo hice! Y mírame ahora, soy el fantasma solitario y hueco de un hombre, lo que no significa que no vaya a herirte. Pero te garantizo algo, ningún dolor que sientas será jamás comparable a la pena que proviene de darle la espalda al amor. Siendo alguien que ha sentido mucho ambas cosas, créeme. El dolor es mejor que la pena, sobre eso no te quepa la menor duda. No huyas. No lo hagas...
Tengo miedo de lo que ví, de lo que hice, de lo que soy, pero sobretodo tengo miedo a salir de esta habitación y no volver a sentir nunca lo que siento estando contigo.

Child.

Eres un crío y en realidad no tienes ni idea de lo que hablas. Es normal, nunca has salido de Boston. Si te pregunto por Miguel Angel lo sabes todo: vida y obra, aspiraciones políticas, su amistad con el Papa, su orientación sexual... lo que haga falta. Pero tu no puedes decirme como huele la Capilla Sixtina. Nunca has estado allí y has contemplado ese hermoso techo. No lo has visto. Si te pregunto por las mujeres, supongo que me harás una lista de tus favoritas. Puede que hallas echado unos cuantos polvos. Pero no puedes decirme que se siente cuando te despiertas junto a una mujer y te invade la felicidad. Eres duro. Si te pregunto por la guerra me citarás algo de Shakespeare "De nuevo en la brecha amigos míos". Pero no has estado en ninguna. Nunca has sostenido a tu amigo entre tus brazos esperando tu ayuda mientras exhala su último suspiro. Si te pregunto por el amor me citarás un soneto. Pero nunca has mirado a una mujer y te has sentido vulnerable. Ni te has visto reflej

One more time.

+Dilo. -Quédate un ratito más. +¿Y si yo te dijese el domingo quédate un ratito más? -No lo harás. +Claro que no. -Si no te molestó no saber apenas nada de mi estos últimos días, menos te molestará que me vaya un tiempo, por largo que sea. Aunque no es el caso. +Con saber que respiras me basta, con ver tu lucecita en verde cada vez que me conecto ya me sirve para estar bien. -No es lo mismo que si fuese al revés, ¿sabes? Yo me quedo mal todas las noches cuando me despido de ti. Nadie sabe si te volveré a ver. ¿Quién nos puede asegurar que no nos pasará nada? ¿Quién me puede afirmar que mañana volverás a conectarte? Si me voy a morir, o te vas a morir, o si decides dejar de hablarme para siempre o me dices que estás cansada de toda esta historia. Por eso te seguiré pidiendo cada día que te quedes un ratito más conmigo.