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Mostrando entradas de abril, 2011

Survive.

Los días pasan lentos, uno tras otro, sin que sean diferentes. Esos días extraños de los que uno no se acuerda ni de la fecha. Cuando por un instante te das cuenta de que no estás viviendo. Te está ocurriendo lo peor que te podía pasar. Estás sobreviviendo.

He?

Buenos días, mundo. Niki se despereza. ¿Me haces un regalo hoy? Me gustaría levantarme de la cama y encontrarme una rosa. Roja no. Blanca. Pura. Para escribir en ella como si fuese una página nueva. Una rosa dejada por alguien que piensa en mí y a quien todavía no conozco. Lo sé. Un contrasentido. Pero me haría sonreír. La cogería uno a uno los pétalos y, con un rotulador azul, escribiría letra a letra, la frase de aquella canción tan bonita: " Entre los obstáculos del corazón hay un principio de alegría que me gustaría merecer... ", y después tiraría los pétalos por la ventana. El viento se los llevaría. Podía ser que alguien los encontrase. Que leyese la frase. Y que me viniese a buscar. Él, quizá. Ya. Pero, ¿quién es él?
Cuando buscas la verdad, corres el peligro de encontrarla.

HASTA EL FINAL

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Vamos REAL .

I don't love you.

-¿Lucas? -Sara, tengo que decirte una cosa... No siento nada por ti, y no lo he sentido nunca. -¿Cómo? No... no te creo, Lucas. ¿Y el beso? -¿El beso? ¿Sabes lo que me hizo sentir el beso? Me hizo sentir despreciable. Me di asco de mi mismo. -No es verdad, Lucas, sé que me quieres. -No vuelvas a acercarte a mi, Sara. -Estás con mi padre. Me estás diciendo esto porque estás con mi padre. Lucas, si me quieres dime que no me quieres. -...No te quiero. -Lucas, si me quieres dime que nunca estaremos juntos. -...Nunca estaremos juntos. -Si me quieres dime que soy una cría. -Eres una cría. -Te quiero. Te quiero, te quiero, Lucas, te quiero.
Porque si tuviera que elegir un sitio para vivir...  ...sería tu cuarto.

Marina

La muchacha sonrió enigmáticamente. -¿Te gustan los misterios? Asentí. Creo que si me hubiese preguntado si me gustaba el arsénico, mi respuesta hubiera sido la misma. -¿Tienes algo que hacer mañana? Negué igualmente mudo. Si tenía algo, pensaría en una excusa. Como ladrón no valía ni un céntimo, pero como mentiroso debo confesar que siempre fui un artista. -Entonces te espero aquí, a las nueve -dijo ella, perdiéndose en las sombras del jardín. -¡Espera! Mi grito la detuvo. -No me has dicho cómo te llamas... - Marina.
Marina me dijo una vez que sólo recordamos lo que nunca sucedió. Pasaría una eternidad antes de que comprendiese aquellas palabras. Pero más vale que empiece por el principio, que en este caso es el final. En mayo de 1980 desaparecí del mundo durante una semana. Por espacio de siete días y siete noches, nadie supo de mi paradero. Amigos, compañeros, maestros y hasta la policía se lanzaron a la búsqueda de aquel fugitivo al que algunos ya creían muerto o perdido por calles de mala reputación en un rapto de amnesia. Una semana más tarde, un policía de paisano creyó reconocer a aquel muchacho; la descripción encajaba. El sospechoso vagaba por la estación de Francia como un alma perdida en una catedral forjada de hierro y nuebla. El agente se me aproximó con aire de novela negra. Me preguntó si mi nombre era Óscar Drai y si era yo el muchacho que había desaparecido sin dejar rastro del internado donde estudiaba. Asentí sin despegar los labios. Recuerdo el reflejo de la bóveda de la estació

Con S de Sonrisa.

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Y yo a veces me paro a preguntarme por qué narices la gente tiene tanta manía de llamarte pequeña, si a mi manera de ver eres una de las personas más grandes que conozco...
Y nuestros gritos se mezclaban con los vuestros, para animaros, para apagar el miedo, para deciros que estábamos ahí, con vosotros. Y, de repente, yo, la americana que había huído de Nueva York, hija de una patria que había luchado contra la tuya, en medio de tanta humanidad al fin recuperada, me sentía alemana; y, en la ingenuidad de mi adolescencia, a mi vez, murmuré "Ich bin ein Berliner", y lloré. Lloré tanto, Tomas...
Dulce no hacer nada, dulce posponer, balancear los pies contemplando cómo gira el mundo, ir, ir, esperar dulcemente la hora de comer, mirar cómo crece la hierba, cómo se evapora el agua, tranquilamente, a la sombra, dejándose acariciar por una brisa fresca, redondear las pompas de pensamientos que estallan en el aire apenas se hacen demasiado serios o demasiado graves, estar ligeros, transformar las horas en meses como una hoja arrastrada por la corriente de un río, dulcemente vencidos, sí, estar así...
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¿Cuántas noches me dormí en tu mirada, en el recuerdo de la risa que nos entraba de repente por las calles de la ciudad gris? A veces tu abuela me decía, cuando me dejabas sola con ella, que no creía en nuestro amor. Que no duraría. Había demasiadas diferencias entre nosotros. Pero cada vez que volvías y me abrazabas, la miraba por encima de tu hombro y le sonreía, segura de que no tenía razón.
-¿Sabes?, tiene gracia, todos encontramos buenas excusas para no permitirnos amar, por miedo a sufrir, por miedo a que un día nos abandonen. Y, sin embargo, cuánto amamos la vida, pese a saber que algún día nos abandonará. -No digas eso... -Deja de proyectarte en el futuro, Julia. No hay platos rotos que reparar. Sólo hay cosas que vivir, y nunca ocurre como uno había previsto. Pero lo que puedo decirte es que la vida pasa a una velocidad de vértigo. ¿Qué haces aquí conmigo en esta habitación? Vete, ve a caminar tras los pasos de tus recuerdos. Querías hacer balance, así que vete, vete corriendo. Hace veinte años estabas aquí, ve a recuperar esos años mientras aún estás a tiempo. Tomas está en la misma ciudad que tú esta noche, ¿qué importa que lo veas o no? Respiráis el mismo aire. Sabes que está aquí, más cerca de ti de lo que lo estará nunca. Sal, párate bajo cada ventana iluminada, levanta la cabeza, pregúntate qué sientes cuando creas reconocer su silueta tras una cortina; y si pi

Take me with you

Si supieras, Tomas, cuánto miedo tuve ese día, miedo de no conocer jamás tus labios. Habías entrado en mi vida como suele llegar el verano, sin avisar, con esa luz radiante que descubre uno por las mañanas. Me acariciaste la mejilla con la palma de la mano, tus dedos recorriendo mi rostro y dejaste un beso en cada uno de mis párpados. Gracias fue la única palabra que pronunciaste, cuando ya te alejabas. Grité: " ¡Llévame contigo! Quiero conocer a esa abuela por la que te marchas ", y no aguardé tu respuesta; volví a tomar tu mano, y te juro que habrían sido necesarias todas las fuerzas del mundo para lograr separarme de ti.

Banned.

Queda prohibido llorar sin aprender, levantarte un día sin saber qué hacer, tener miedo a tus recuerdos. Queda prohibido no sonreír a los problemas, no luchar por lo que quieres, abandonarlo todo por miedo, no convertir en realidad tus sueños. Queda prohibido no demostrar tu amor, hacer que alguien pague tus deudas y mal humor. Queda prohibido dejar a tus amigos, no intentar comprender lo que vivieron juntos, llamarles solo cuando los necesitas. Queda prohibido no ser tú ante la gente, fingir ante las personas que no te importan, hacerte el gracioso con tal de que te recuerden, olvidar a toda la gente que te quiere. Queda prohibido no hacer las cosas por ti mismo, no creer en Dios y hacer tu destino, tener miedo a la vida y a sus compromisos, no vivir cada día como si fuera un último suspiro. Queda prohibido echar a alguien de menos sin alegrarte, olvidar sus ojos, su risa, todo, porque sus caminos han dejado de abrazarse. Olvidar su pasado y pagarlo con su presente. Queda prohi

Smile

-¡Veinte años, maldita sea, no estamos hablando de seis meses! -¡Diecisiete! Tiempo de sobra de divorciarse varias veces, a no ser que se haya cambiado de acera, como tu amigo Stanley. -¡Y encima tienes la cara de hacer bromas! -Ah, el humor, qué maravillosa manera de lidiar con la realidad cuando ésta te golpea en plena cara; no sé quién dijo eso, pero qué razón tenía.

Feliz día del libro.

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Fuera del perro, un libro es probablemente el mejor amigo del hombre , y dentro del perro probablemente está demasiado oscuro para leer.
Yo le quise. Y sé que, a veces , él también me quiso...

Cumbres Borrascosas.

Mis grandes sufrimientos en este mundo han sido los sufrimientos de Heathcliff, los he visto y sentido cada uno desde el principio. El gran pensamiento de mi vida es él. Si todo pereciera y él quedara, yo seguiría existiendo, y si todo quedara y él desapareciera, el mundo me sería del todo extraño, no parecería que soy parte de él. Mi amor por Linton es como el follaje de los bosques: el tiempo lo cambiará, yo ya sé que el invierno muda los árboles. Mi amor por Heathcliff se parece a las eternas rocas profundas, es fuente de escaso placer visible, pero necesario. Nelly, yo soy Heathcliff, él está siempre, siempre en mi mente; no como un placer, como yo no soy un placer para mí misma, sino como mi propio ser.

I kept my promise.

¿Sabes?, cumplí mi promesa. ¿Recuerdas ese café oscuro en el que me hiciste jurar que, si algún día el destino nos separaba, debía ser feliz a toda costa? Sé muy bien que lo decías porque a veces mi manera de quererte te asfixiaba, habías sufrido demasiado por la falta de libertad para aceptar que yo atara mi vida a la tuya. Y, aunque en ese momento te odié por empañar mi felicidad evocando lo peor que podía pasarnos, cumplí mi palabra.

Crazy

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-Aquí todos estamos locos. Yo estoy loco. Tú estás loca. -¿Cómo sabes que yo estoy loca? -Tienes que estarlo, o no habrías venido aquí.

All you need is love!

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Me complicarás la vida... lo sé.

Que siento que te debo el mundo cuando sonríes.

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Tú buscabas a alguien, yo pensaba que se trataba de una mujer, pero era tu amigo de infancia. Él y su familia habían logrado pasar al otro lado del Muro diez años antes, y desde entonces no habías vuelto a verlo. Pero ¿cómo encontrar a un amigo entre miles de personas que se abrazan, cantan, beben y bailan por las calles? Entonces dijiste que el mundo era grande, y la amistad, inmensa. En medio de esa multitud gigantesca, un rostro se volvió hacia nosotros. Vi cruzarse vuestras miradas, un hombre de tu edad te observaba fijamente. Casi sentí celos. Entonces Knapp dijo tu nombre: "¿Tomas?" Vuestras siluetas se veían hermosas sobre las calles adoquinadas de Berlín Occidental. Abrazaste a tu amigo. La alegría reflejada en vuestros rostros era sublime. Antoine lloraba, y Mathias lo consolaba. Si hubieran estado tanto tiempo separados, su felicidad al reencontrarse habría sido la misma, le juraba. Tú apoyaste la cabeza en el hombro de tu mejor amigo. Viste entonces que yo te est

La Sombra del Viento.

Suspiro una vez más ante esa historia que se me escurre entre los dedos. Ante ese final y ese adiós de personajes que siento como amigos. Cierro las tapas no de un libro, sino de un mundo que me da la bienvenida con una sonrisa cada vez que necesito huir de la realidad que me rodea. Camino por esas calles a través de los ojos de Daniel, acompañada de Fermín, cuidada por el señor Sempere o enamorada de los encantos secretos de Beatriz Aguilar. Disfrutando de la amistad ciega de Tomás. Viviendo en el caserón de la Avenida del Tibidabo. Odiando al infame inspector Fumero. O añorando a escondidas la historia de Julián. Sus lugares ya son mis lugares, sus amigos ya son mis amigos, y las balas de sus enemigos también me podrían atravesar a mi. Una vez más concluyo una novela que en silencio acompaña mis días, una novela que en su día me hizo un poco más sabia, haciéndome conocedora de lo que por aquel entonces ignoraba. Concluyo páginas y páginas que, al leerlas, me enamoran, me envuelven y
Creo que parte de mi amor a la vida se lo debo a mi amor a los libros. Adolfo Bioy  Casares.

Passion.

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—Puede que acabes muerto, o peor, expulsado.   —Creo que deberías poner en orden tus prioridades.
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-Me produces contracciones ventriculares prematuras. -...¿Qué? - Haces que se me acelere el corazón .
¿Pa' qué? ¿Pa encontrarme perdío? ¿Pa' rodar como ruedan al mar las piedritas del río? ¿Pa' encontrarme a tu mundo? Pa' eso ya tengo el mío .

Chiquitines...

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Dejas atrás un lugar rechazando el siguiente, sabiendo que no encontrarás nada como lo que dejaste atrás, echando de menos, llorando recuerdos, odiando al lugar al que te diriges. Pero entonces llegas, es el primer día, y no va tan mal. Incluso tienes ganas de volver al día siguiente. La gente es extraña, te mira raro, eres nueva, pero esas cuatro personas que conoces te ayudan, te guían, te sonríen y te comprenden. Y sin darte cuenta te vas haciendo a ese sitio que tanto maldeciste, vas conociendo sus costumbres, vas adaptándote a la gente, vas siendo una más. Cada día estás más a gusto. Cada día se va incorporando gente a tu vida que minuto a minuto pesa más. Cada día te sientes más en casa. Pero justo en ese momento te das cuenta. Ya no llueve, hace sol. Ya no usas chaquetas, hace calor. Ya no haces nada en clase, porque se está acabando el curso. Y ese lugar, esas paredes, esos pasillos, esos profesores y toda la gente que te pareció extraña al principio pesa, pesa muchísimo, pesa
El lunes cuesta , el martes imposible sin tu voz. caz
A la altura del perejil se han quedado todos mis sueños, me hago un vestido con tó lo que he perdido  y ya tiene sentido sonreír. Lleva volantes pa' mentir, para ondularme como el trigo, y así decir, que desde que te has ido  la bailo igual contigo que sin ti , Si intentas comprender mis noches de desvelo me quieres comprar con puñaos de caramelos, manojos de perder, con jugo de los charcos, machaca el almirez, me tienes en tus manos, y ojalá te vaya bien , y pa pasar el rato tú siembra para ti, y más cuando me callo, me callo lo que hay, lo que hay es lo que toca y pa tocar el corazón es mejor no abrir la boca , A la altura del perejil se han quedado todos mis sueños, me hago un vestido con tó lo que he perdido y ya tiene sentido sonreir, lleva volantes pa mentir, para ondularme como el trigo, y así decir, que desde que te has ido aún nadie me ha vencido , Hoy quiero poner mi reino de despojos en estos lugares, donde la primera vez pusimos al alba a hacer malabares, y no he
Soy orgullosa, y me callo muchas cosas que me gustaria decir. No me gustan las películas de risa fácil y no soporto las personas hipócritas. Me trago demasiadas palabras de las que escuecen y luego no puedo evitar esa explosión típica de los que solemos acumular todo aquello que no puede contenerse. Cojo cariño facilmente a las personas aunque ni lo diga, ni lo muestre demasiado. Tengo una forma especial de demostrar que me importa la gente. Amo los pequeños detalles de la vida. Soy muy perezosa e inestable, me da rabia que me hagan callar. Cambio de humor diez veces al día. Me podrás encontrar soñando despierta en mi habitación con mí música sonando y mi mente en otra parte. Me encanta salir de fiesta y llegar a casa con cara de loca, pero sobretodo lo que mas me gusta es que me digan que me quieren.
Este niño nunca va a llegar a ná, se murmuran entre todos al pasar... ... y es que me aspiro la vida en tres calás . La primera le pega fuego al colchón. La segunda gira todas las veletas. La tercera va arrasando las cunetas de mi corazón.
Muertos de risa vivimos la vida y yo ahora canto esta canción... Que siempre os echaré de menos , que lo demás son sólo cuentos... Siempre seréis mis cuatro ángeles, que mientras viva lo recordaré .
En mi casa no hay nada prohibido, pero no vayas a enamorarte. Con el alba tendrás que marcharte para no volver. Olvidando que me has conocido, que una vez estuviste en mi cama. Hay caprichos de amor que una dama no debe tener . Peor para el sol que se mete a las siete en la cuna del mar a roncar, mientras un servidor le levanta la falda a la luna. Es mejor, le pedí, que te calles, no me gusta invertir en quimeras, me han traído hasta aquí tus caderas, no tu corazón . Y después, para qué más detalles, ya sabéis, copas, risas, excesos. Cómo van a caber tantos besos en una canción . Volví al bar a la noche siguiente a brindar con su silla vacía, me pedí una cerveza bien fría y entonces no sé si soñé o era suya la ardiente voz que me iba diciendo al oído: "Me moría de ganas, querido, de verte otra vez."

El Principito.

No se ve bien sino con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos.
"-Iria, tú que entiendes de libros, tienes que recomendame uno." Y yo me pregunto si hay tontería en el mundo que pueda equivaler a la felicidad que siento cuando escucho esta frase, y la que la pronuncia se refiere a mi...

Sun

Se despierta entre brumas de recuerdos y reflejos de sueños de la noche anterior. Una luz tenue y amarillenta se filtra entre las cortinas, formándo círculos de luz y polvo, dándole una luminosidad peculiar a la habitación. La chica se levanta de un salto y corre hacia la ventana, para a continuación abrirla de par en par. Los rayos del sol se cuelan en cada sitio, en cada rincón, en cada resquicio de aquella angosta habitación, sacando las sombras, la noche y las pesadillas. Ella cierra los ojos y extiende los brazos, dejando que el sol la alcance también a ella. Más allá de la piel y de los párpados. Dejando que la luz llegue a los músculos, a los huesos, al corazón... Respira profundamente, ahora ya se siente mejor. Se coloca los cascos y se abandona así, a la luz y a la maravilla de la música ...

6 de julio de 2011

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Tienes un no se qué ... ...y un qué se yo... ...que yo qué sé.

Liberad a WilliX.

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Este adiós no maquilla un hasta luego ,  este nunca no esconde un ojalá ,  estas cenizas no juegan con fuego,  este ciego no mira para atrás.  Este notario firma lo que escribo,  esta letra no la protestaré,  ahórrate el acuse de recibo,  estas vísperas son las de después.  A este ruido tan huérfano de padre no voy a permitirle que taladre un corazón podrido de latir.  Este pez ya no muere por tu boca ,  este loco se va con otra loca ,  estos ojos no lloran más por ti .  Esta sala de espera sin esperanza,  estas pilas de un timbre que se secó,  este helado de fresa de la venganza,  esta empresa de mudanza con los muebles del amor.  Esta campana muda en el campanario,  esta mitad partida por la mitad,  estos besos de Judas , este calvario,  este look de presidiario,  esta cura de humildad.  Este cambio de acera de tus caderas,  estas ganas de nada... menos de tí . Este arrabal sin grillos en primavera,  ni espaldas con cremalleras,  ni anillos de presumir.  Esta casita de muñecas de a
Por la noche... volando . Por el día medio agonizando ... 
Hay momentos en la vida, en la que una sola decision en un solo instante, cambia irremediablemente el curso de las cosas, cuando decides querer a alguien y no quererlo, cuando decides tirar para delante, cuando decides mentir, traicionar, ocultar, cruzar la linea, esa decima de segundo, podra hacer girar todo al lado oscuro o inundarlo de luz, podra llevarte al cielo o al infierno, pero siempre sera un lugar, desde el cual, no podras volver atras.

...

Cuando al punto final de los finales... ...no le siguen dos puntos suspensivos.
París es para los enamorados, tal vez por esa razón sólo estuve allí 35 minutos.
Otra vez a volvernos del revés, a olvidarte otra vez en cada esquina, bailando entre las ruinas por desamor al arte de regarte las plantas de los pies.
-Daniel, algo habrá pasado. Una tía abuela que se ha muerto, un loro con paperas, un catarro de tanto andar con el trasero al aire... sabe Dios el qué. En contra de lo que usted cree a pies juntillas, el universo no gira en torno a las apetencias de su entrepierna. Otros factores influyen en el devenir de la humanidad. -¿Se cree que no lo sé? Parece que no me conozca, Fermín. -Querido, si Dios hubiera querido darme caderas más amplias, hasta le podría haber parido: así de bien le conozco. Hágame caso. Salga de su cabeza y tome la fresca. La espera es el óxido del alma .

2 de abril

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Día mundial del autismo.
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Y ahora, señoras y caballeros, es un gran honor para la dirección presentarles a las grandes estrellas de la noche. Aquí están, después de su obligado recorrido de tres años por Europa, Escandinavia y demás continentes. Demos la bienvenida de Calumet City, Illinoise, a la banda espectáculo de Jake y Elwood Blues... ...los Blues Brothers .

Time

Encontré a mi padre dormido en su butaca del comedor con una manta sobre las piernas y su libro favorito abierto en las manos, un ejemplar del Cándido de Voltaire que releía un par de veces cada año, el par de veces que le oía reírse de corazón. Le observé en silencio. Tenía el pelo cano, escaso, y la piel de su rostro había empezado a perder la firmeza alrededor de los pómulos. Contemplé a aquel hombre al que una vez había imaginado fuerte, casi invencible, y le vi frágil, vencido sin saberlo él. Vencidos acaso los dos. Me incliné para arroparle con aquella manta que hacía años que prometía donar a la beneficencia y le besé la frente como si quisiera protegerle así de los hilos invisibles que lo alejaban de mí, de aquel piso angosto y de mis recuerdos, como si creyera que con aquel beso podría engañar al tiempo y convencerle de que pasara de largo, de que volviese otro día, otra vida.

Betrayal.

-Mi padre sabía desde el principio lo que iba a pasar -explicó Clara-. Permaneció al lado de sus amigos porque pensaba que ésa era su obligación. Le mató la lealtad a gentes que, cuando les llegó la hora, le traicionaron. Nunca te fíes de nadie, Daniel, especialmente de la gente a la que admiras. Ésos son los que te pegarán las peores puñaladas.

April

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¿Quién me ha robado el mes de abril ? Lo guardaba en el cajón donde guardo el corazón...
Sonreiré cada noche al buscar a tu luna en mi tejado, el recuerdo de un abrazo que me hace tiritar ...

Mum

Al otro lado se adivinaba una escalera que descendía en picado hacia una balsa de oscuridad. Un intenso hedor a tierra mojada me abofeteó. En la presencia de aquel hedor, tan extrañamente familiar, y con la mirada caída en el pozo de oscuridad al frente, me asaltó una imagen que conservaba desde la infancia, enterrada entre cortinas de temor. Una tarde de lluvia en la ladera este del cementerio de Montjuïc, mirando al mar entre un bosque de mausoleos imposibles, un bosque de cruces y lápidas talladas con rostros de calaveras y niños sin labios ni mirada, que hedía a muerte, las siluetas de una veintena de adultos que sólo conseguía recordar como trajes negros empapados de lluvia y la mano de mi padre sosteniendo la mía con demasiada fuerza, como si así quisiera acallar sus lágrimas, mientras las palabras huecas de un sacerdote caían en aquella fosa de mármol en la que tres enterradores sin rostro empujaban un sarcófago gris por el que resbalaba el aguacero como cera fundida y en el que