End.

Los días se convirtieron en semanas, las semanas en meses y entonces un día no precisamente especial cogí mi maquina de escribir, me senté y escribí nuestra historia, una historia sobre una época, una historia sobre un lugar, una historia sobre la gente, pero por encima de todo una historia sobre el amor, un amor que vivirá para siempre.

Fin.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Avenida del Tibidabo, 32, Barcelona.

El cementerio de los libros olvidados.

El laberinto de los espíritus - Carlos Ruíz Zafón