Y qué importa si no es sano...

-¡V! Tenemos que detener esta hemorragia...
-No... por favor, no... Estoy acabado, y me alegro...
-No digas eso.
-He dicho sólo la verdad. He pasado veinte años esperando este día, era lo único que me importaba... hasta que te vi. Entonces todo cambió... Me enamoré de ti, Eve, como no creí que jamás podría hacerlo.
-V no quiero que mueras.
-Es lo más bello que podrías haberme regalado.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Avenida del Tibidabo, 32, Barcelona.

El cementerio de los libros olvidados.

El laberinto de los espíritus - Carlos Ruíz Zafón