He.
Con pensamientos de aquellos que son conocedores del castigo proveniente del exceso de felicidad, unos largos momentos de silencio y la magia proveniente de la penetrante historia que estas portadas de tapa dura custodian, casi puedo sentir mi mundo irse por los poros. Con la cabeza embotada y el corazón deshecho en jirones de dudas y cobardías contemplo su foto, la contemplo a conciencia, durante tanto rato que sus rasgos empiezan a parecerme extraños, desconocidos, como cuando te miras demasiado tiempo en un espejo. Intento cerrar los ojos y conciliar un sueño que me fue robado justo en el momento en el que a estos personajes, abrumadoramente reales, les arrebatan vida e ilusiones. Denegando una vez más la posibilidad de dormir busco de nuevo en él. Esta vez en el eco de sus palabras grabadas meses atrás entre bromas y carcajadas. También me las estudio. Cada risa, cada cambio de tono, cada pequeña estupidez. Y esa ligera interferencia cuando sus manos, eje central de mi universo más profundo, intentan arrebatarme el aparato que apenas hace eco de lo maravilloso de su voz.
Entre palabras y susurros hayados en este libro he encontrado confirmación a mis temores más profundos, ajena a cualquier réplica exterior de que tan solo sea una historia entre muchas, un libro entre muchos. Una vez más me vuelven a demostrar cuan caprichoso es el destino, arlequín cruel y poderoso, experto en marionetas de material frágil.
Llegados a este punto, en el que la magia de esfuma entre los dedos y las ideas principales se arremolinan en mi cabeza dispuestas a ser expuestas, he llegado a la conclusión de que, a pesar de la crueldad del destino, de su vil y misterioso juego, la palabra escrita es poderosa aún después de cientos de años transcurridos. Por lo tanto, tan solo quería aclarar que, pase lo que pase, del miedo que tenga, o tengas, o que algún día algo o alguien nos separe, te quiero. Te amo de tal manera que me abruma, me aterroriza, me hace cobarde y niña, ingenua, indecisa y feliz.
Tuya para siempre, en estos instantes,
Entre palabras y susurros hayados en este libro he encontrado confirmación a mis temores más profundos, ajena a cualquier réplica exterior de que tan solo sea una historia entre muchas, un libro entre muchos. Una vez más me vuelven a demostrar cuan caprichoso es el destino, arlequín cruel y poderoso, experto en marionetas de material frágil.
Llegados a este punto, en el que la magia de esfuma entre los dedos y las ideas principales se arremolinan en mi cabeza dispuestas a ser expuestas, he llegado a la conclusión de que, a pesar de la crueldad del destino, de su vil y misterioso juego, la palabra escrita es poderosa aún después de cientos de años transcurridos. Por lo tanto, tan solo quería aclarar que, pase lo que pase, del miedo que tenga, o tengas, o que algún día algo o alguien nos separe, te quiero. Te amo de tal manera que me abruma, me aterroriza, me hace cobarde y niña, ingenua, indecisa y feliz.
Tuya para siempre, en estos instantes,
Bohemian Place.
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