Nightmare.
Camino muy deprisa, casi corriendo, por un largo pasillo. Está oscurísimo. Pero más que el miedo es una urgencia lo que me hace acelerar. Aunque aún no tengo muy claro el qué. Mis movimientos son torpes y lentos, propios de los sueños donde quieres correr y nunca lo haces lo suficientemente rápido. Una angustia crece en mi pecho y pronto me sobra la chaqueta. La dejo tirada en el suelo del túnel y echo a correr, pero de nuevo vuelvo a sentir que no es lo suficientemente rápido. La angustia casi es incontenible y unas lágrimas silenciosas empiezan a deslizarse por mi cara. ¡Menos mal! Una puerta aparece al final de ese larguísimo pasillo y casi me dejo el alma en esos metros que me separan de ella. Plum. La abro de un empujón y un extenso aparcamiento aparece ante mis ojos, que casi se me salen de las órbitas. Hay pocos coches aparcados, los recorro todos con la mirada, pero no es eso lo que busco. Libro las cuatro escaleras de un salto y paso despacio entre coche y coche, como si el an...