Miss

¿Sabes? Ahora a menudo me preguntan si te echo de menos. Es una pregunta cuanto menos... interesante. Y aunque te parezca que no, es difícil de responder. Porque es difícil explicarle a la gente sentimientos que no tiene, por lo tanto sentimientos que no va a entender. ¿Para qué explicar algo que no van a entender? Me limito a encogerme de hombros y a sonreir, sonreir siempre. Y ellos sonríen también, y me dicen "es normal". Un falso intercambio de palabras donde ambos creemos entender al otro, pero en realidad no lo hacemos. Y el tiempo pasa, y la gente se interesa, y yo no quiero escucharles. Porque también he cambiado de rutina, ¿sabes? Antes tenía los días reservados para ti. Ahora tengo que salir, y poner mi mejor sonrisa, y encontrarme con gente que se acaba de enterar y se hacen los afectados pero en realidad lo único que les afecta es la curiosidad. Y sigo encogiéndome de hombros, porque no me apetece explicarlo todo. Porque siempre le he hecho caso a mi corazón. Nunca pensé lo que era bueno, o malo, para mi. Pero ahora quiero pensarlo, no quiero escuchar lo que siento, no me lo permito. Y de vez en cuando se escapa algún recuerdo, y añoro, y pienso, y echo de menos a escondidas. Te veo y te escucho en cosas que hemos vivido hace tiempo, y me alegro al pensar que has sido tanto. Entonces lo paso mal y me obligo a recordar las razones, los motivos. Me obligo a pensar en lo que quedaba justo antes de tomar la decisión que tomé. Y el dolor se mitiga un poco. Y también me obligo a pensar en tus palabras, ciertas o no. Y el dolor se mitiga un poco más. Y sin duda alguna vuelvo a reafirmarme en mi decisión, vuelvo a saber que era lo correcto. Así que cuando me preguntais, ¿le echas de menos? Pues no sé que contestar, porque supongo que si, que un poco si que le echo de menos.

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