Y el humo me da la razón por esta vez.
Es muy de día y me gusta tanto fumar
y sonreír
aquí sentado,
mientras las pesadillas huyen,
mientras las dudas resbalan como gotas de sudor
al evaporarse
y la neblina de los interrogantes
se larga ante el delirio de las exclamaciones que se aproxima.

Le digo adiós a este infierno de ausencias.

Mientras tú vuelves para quedarte
y yo vuelvo a soñar con el amor
y sus consecuencias.


[Escandar]

Comentarios

Entradas populares de este blog

Avenida del Tibidabo, 32, Barcelona.

El cementerio de los libros olvidados.

El laberinto de los espíritus - Carlos Ruíz Zafón